Franz Boas nos habla sobre el establecimiento de orden a través del respeto a las costumbres:
"El mero hecho de que estos hábitos sean costumbre, mientras otros no lo son, es razón suficiente para eliminar aquellos actos que no son costumbre [...] La idea de la propiedad surge simplemente de la continuidad y de la repetición automática de estos actos, que conllevan la noción de que las maneras contrarias a la costumbre son inusuales y, por lo tanto, no las adecuadas. Se puede observar al respecto que las malas maneras siempre se acompañan de sentimientos más bien intensos de desagrado, cuya razón psicológica se puede hallar en el hecho de que las acciones en cuestión son contrarias a las que se han convertido en habituales".
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