Fragmento de "Palomar", de Italo Calvino.
"Pero no es que el propio Palomar elaborase modelos o se dedicara a aplicar otros ya elaborados: se limitaba a imaginar un justo uso de los modelos justos para colmar el abismo que veía abrirse cada vez más entre la realidad y los principios. En una palabra, el modo de manipulación y gestión posible de los modelos no era de su competencia ni entraba en sus posibilidades de intervención. De estas cosas se ocupan habitualmente personas muy diferentes a él, que juzgan su funcionalidad según otros criterios: como instrumentos de poder, sobre todo, más que según los principios o las consecuencias en la vida de la gente. Cosa ésta bastante natural, pues lo que los modelos tratan de modelar es siempre un sistema de poder; pero si la eficacia del sistema se mide por su invulnerabilidad y capacidad para durar, el modelo se convierte en una especie de fortaleza cuyas espesas murallas esconden lo que está fuera. Palomar, que de los poderes y contrapoderes se espera siempre lo peor, ha terminado por convencerse de que lo que cuenta realmente es lo que sucede a pesar de ellos: la forma que la sociedad va adoptando lentamente, silenciosamente, anónimamente, en los hábitos, en el modo de pensar y de hacer, en la escala de valores. Si las cosas son así, el modelo de los modelos ansiado por Palomar deberá servir para obtener modelos transparentes, diáfanos, sutiles como telas de araña; tal vez directamente para disolver los modelos, incluso para disolverse."
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