Marulanda como ejercicio de okupación en la ficción

Fragmento del libro "Casa de Campo" del escritor chileno José Donoso (1978). Un relato atemporal, colonizador en su(s) sentido(s) literal(es), no apto para personas con alergia a las gramíneas y repleto de personajes con la melancolía de los seres que permanecen sólo en la perifería de la grandeza.

"Habían veraneado desde siempre en esta casa donde las hondas habitaciones y el tembloroso parque conducían a intimidades culpables, de modo que entre ellos el concierto del engaño databa de tan antiguo que la mentira no era mentira porque se originó antes que la palabra definiera los contornos del bien y del mal.
[...]
En la noche, el toque de queda que implacablemente apagaba voces y luces, inauguraba el terror: a esa hora, en la llanura sin límites que comenzaba al otro lado de la reja de las lanzas, el vaivén de las altísimas gramíneas producía con el roce de sus tallos un murmullo que por constante era casi imperceptible durante el día, y de noche merodeaba el sueño de los Ventura como el portentoso rumor del océano rodea a los que navegan. Esa monodia vegetal exhumaba voces inidentificables en el silencio de las habitaciones de los niños, con los ojos desorbitados bajo los doseles de seda que protegían sus sueños, se quedaban escandiendo los susurros por si contuvieran amenazas de los antropófagos del presente o del pasado, de a verdad o de la ficción."

El libro se puede descargar en este link.