martes, 18 de diciembre de 2018

Filosofía de la proximidad: en casa está el tesoro

Fragmentos del libro "La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad" de Josep Maria Esquirol, en el que percibimos un interesante discurso sobre la intimidad a través del retorno (la casa, la compañía, el huerto, la intimidad...), caminos hacia la presencia y el sentido (el sentido de la vida ligado a la cotidianidad) y el como lo reflexivo está bien próximo a lo cotidiano, al día a día. De esta forma la reflexión se convierte en un cuidar de sí mismx.

"La poderosa inmensidad, con talante de abismo, cede - por lo menos provisionalmente- ante la protección que la casa le ofrece al mortal.
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La casa es siempre el símbolo de la intimidad descansada. Asentamiento, reposo, detención.
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La intimidad tiene forma de receptáculo, para el cobijo y para la  satisfacción ( con el alimento, la relación sexual, el descanso...). La intimidad como receptáculo se relaciona directamente con la casa o la gruta, pero también con el arca y el cofre, que poseen el significado añadido del secreto (arcanum)
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El camino hacia la intimidad es camino hacia el misterio, hacia el secreto, hacia el tesoro, hacia el descanso y hacia el alimento.
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A casa no se va, se vuelve, y se suele volver a casa cada día. Pero retorno, no eterno retorno. La filosofía de la casa no es la del eterno retorno, sino la del retorno; retorno que, ciertamente, se repite, pero solo un número finito de veces.
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El retorno tiene que ver con un tipo de dislocación, con una diferencia que se halla en el origen de nuestra conciencia. La reflexión es una de las modalidades del retorno.
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Así, la reflexión no estaría lejos del gesto cotidiano.
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Lo humano no espera manifestarse solo en la región superior de la acción política o del pensamiento contemplativo, sino que lo hace ya - y con parecida intensidad- en el gesto cotidiano."


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