Ninguno de los dos se filmó con sonido en directo, Cronenberg prefiere utilizar continuamente el recurso de la voz en off, como alguien que trata de explicar algo que tiene dificil explicación: en Stereo, varios personajes operados por "Inducción Biológica" interactuan a través de la telequinesis y el sexo y en Crimes of the Future las mujeres, en peligro de extinción, comienzan a tener ciertas dolencias que al parecer son provocadas por un nuevo cosmético. Ambas están repletas de largos planos secuencia hipnotizantes por los que desfilan desde el sexo a la medicina (dos de las grandes premisas del cine de Cronenberg), pasando por el fetichismo o la pedofilia.
En definitiva, dos peliculas de auténtica ciencia ficción sin ningún tipo de efecto especial (aunque si espacial) donde nos encontraremos con nuevas instituciones gubernamentales futuras como la Academia Canadiense de Investigación Erótica, el Grupo de Pedicura Oceánica o la Casa de la piel. Casi nada.
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