Fragmento de "El Invencible" (Niezwyciezony) (1964, Stanislaw Lem):
“—Sin embargo, algo tiene que provocar esa reacción. ¿Y qué pasa, en los períodos de “enjambres”, con esa memoria extraordinariamente compleja que recuerda la estructura de todo el conjunto? Un cerebro electrónico es más “inteligente” que sus elementos, Lauda. Una vez desintegrado el cerebro, las unidades serían capaces de reagruparse. Esto implicaría un plano previo del cerebro…
—No necesariamente. Bastaría que cada elemento recordara los elementos a los que se asocia. Supongamos que una unidad entra en contacto con otras seis en determinados planos. Cada una de ellas “sabe” lo que ha de hacer con respecto a las otras seis. De este modo, la cantidad de información contenida en cada elemento puede ser mínima, y sólo haría falta algo así
como un mecanismo disparador, una especie de señal de atención a la que todos responderían ordenándose y reconstituyendo el “cerebro”. Pero esto no es más que un esquema bastante burdo, comandante. Quizá el proceso sea mucho más complicado; los elementos son destruidos con frecuencia, pero esta destrucción no afecta la superestructura.”
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