En el estereoscopio de Charles Wheatstone (1838) se mostraban dos imágenes diferentes del mismo objeto. Al ojo derecho se le ofrece una imagen que representa al objeto en perspectiva, como se vería desde el punto de vista del ojo derecho; al ojo izquierdo una imagen como se le aparecería al ojo izquierdo. De ahí surge la ilusión de encontrarnos ante un objeto tridimensional.
jueves, 26 de diciembre de 2013
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