Fragmento del libro "La producción del espacio" (1974, Henri Lefebvre):
"La contradicción precedente entre "cantidad" y "calidad" no se define por una oposición (binaria) sino por un movimiento de tres términos: del espacio del consumo al consumo del espacio mediante el ocio y el espacio de ocio. O en otros términos, de la cotidianidad a la no-cotidianidad a través de la fiesta (fingida o no, simulada o "auténtica"), o del trabajo al no-trabajo mediante la suspensión y cuestionamiento (semi-ficticio o semi-real) del trabajo.
Otra oposición (binaria) parece altamente pertinente incluso cuando fija el movimiento. Se trata de la oposición entre "producción" y "consumo", la cual, aunque es transformada en estructura por la ideología, no puede oscurecer el conflicto dialéctico indicado en los términos "consumo productivo". El movimiento así aprehendido va, por un lado, del consumo en sentido corriente -que necesita la reproducción de las cosas- al ESPACIO DE LA PRODUCCIÓN, atravesado, y por tanto usado y consumido, por los flujos; por otro lado, del espacio de producción al ESPACIO DE LA REPRODUCCIÓN, controlado por el poder estatal, garantizado por la reproductibilidad de las cosas en el espacio y del espacio mismo, fragmentado con ese fin. Bajo el neocapitalismo o capitalismo de organización, el espacio institucional se basa en los principios de la repetición y la reproductibilidad, principios velados mediante simulacros de creatividad. Pero este espacio burocrático entra en conflicto con sus propias condiciones y con sus propios resultados. El espacio ocupado de este modo, controlado y orientado hacia lo reproducible, se ve rodeado por lo no-reproducible: la naturaleza, el sitio, lo local, lo regional, lo nacional e incluso lo mundial.
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