Fragmento de "La cultura como Praxis" de Zygmunt Bauman:
"El "orden" se opone al azar. Supone la reducción progresiva del espectro de posibilidades. Una secuencia temporal es "ordenada" y no azarosa cuando no todo puede ocurrir o, al menos, cuando no todo es igualmente probable. En otras palabras, "producir orden" significa manipular las probabilidades de los acontecimientos. Si lo que debe ordenar es un conjunto de seres humanos, la tarea consiste en incrementar la probabilidad de que se den ciertas pautas de conducta mientras las de otras se reducen o eliminan. Esa tarea implica dos requisitos: primero, se tiene que determinar una distribución óptima de las probabilidades; segundo, se tiene que asegurar la obediencia a las preferencias elegidas. El primer requisito apela a la libertad de elección, el segundo significa la limitación de las elecciones, si no su total eliminación.
Ambos requisitos se han proyectado sobre la imagen de la cultura. Un único concepto debe subsumir, conciliar, superar y obliterar la oposición genuina entre las condiciones de legislar o ser legislado, de gestionar o ser gestionado, de poner las reglas o seguirlas (una oposición asentada en divisiones sociales de roles y potenciales de acción igualmente genuinas): un proyecto con pocas probabilidades de ser completado con exito algún día.
Un discurso, el del azar, generó la idea de cultura en tanto que la actividad del espíritu libre, la sede de la creatividad, de la invención de la autocrítica y de la autotrascendencia; el otro discurso, el del orden, plantea la cultura como un instrumento de continuidad, al servicio de la rutina y del orden social."