Tras la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de la Guerra Fría a partir de 1947, los Estados Unidos comienzan a preparar una contundente respuesta al auge cultural ruso para contrarrestar las ideas comunistas que empaparon a las élites culturales europeas. Para ello se sirvió de una parte presupuestaria del famoso Plan Marshall y el indispensable papel de la mismísima CIA.
Aquella "Resistencia intelectual al Comunismo", que ensalzaba los valores norteamericanos, fue milimétricamente preparada en una campaña sin precedentes que incluyó la creación del Consejo de la Estrategia Psicológica o el Congreso por la Libertad Cultural (!!!) que respaldó la propia CIA, desde donde se trató de fichar a ex-comunistas e izquierdistas intelectuales para ganar terreno a los rusos, llegando así a convencer a multitud de personalidades del mundo de la literatura, el cine o la música en Europa para participar en sus actividades y conseguir una rápida limpieza de la imagen estadounidense. Paradójicamente, tampoco faltó la estrategia para evitar el Macartismo, es decir, la caza de brujas liderada por Joseph McCarthy, que consideraba aliado del comunismo todo aquello que venía del sector izquierdista cultural estadounidense.
Todo aquello que fuera contrario a los objetivos norteamericanos debía ser contrarrestado inmediatamente y así se celebraron eventos, exposiciones o conciertos y se editaron multitud de publicaciones (siempre con la financiación de la CIA, la Ford Foundation y la Rockefeller Foundation por detrás, funcionando como banderas de la política secreta exterior norteamericana). Hasta tal punto se debía llevar a cabo el "plan cultural" a toda costa que Arthur Koestler (que pasó de ser espía soviético a participar en congresos financiados por la CIA) llegó a decir que el objetivo del mismo era "luchar contra una completa mentira -El Comunismo- en nombre de una media verdad".
Por si alguien tenía alguna duda, el 34º presidente de los Estados Unidos de América, Dwight D. Eisenhower, saltó a la palestra con un mensaje tranquilizador:
"Nuestro objetivo en la Guerra Fría no es conquistar o someter por la fuerza un territorio. Nuestro objetivo es más sutil, más penetrante, más completo. Estamos intentando por medios pacíficos que el mundo crea la verdad. La verdad es que los americanos queremos un mundo en paz, un mundo en el que todas las personas tengan la oportunidad del máximo desarrollo individual. A los medios que vamos a emplear para extender esta verdad se le suele llamar "guerra psicológica". No se asusten del término porque sea una palabra de 5 sílabas: la "guerra psicológica" es la lucha por ganar las mentes y las voluntades de los hombres."
Pero de todo esto sabe mucho más la periodista británica Frances Stonor Saunders, autora del libro "La CIA y la guerra fría cultural" (1999), que se puede descargar aquí.
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