martes, 23 de diciembre de 2025

Nuestro regalo para esta Navidad: El suplicio de Santa Claus

Les dejamos en estas fechas tan especiales algunos fragmentos del libro (artículo originalmente) "El suplicio de santa Claus" de Claude Lévi-Strauss, que parte del que fue probablemente el último auto de fe celebrado en Europa con la quema de una figura de Santa Claus colgado en la catedral de Dijon en 1951. La Iglesia Católica (apoyada por la Protestante) venía denunciando la preocupante paganización de la fiesta de la Natividad.

A partir de aquí Leví-Strauss busca los orígenes de Papá Noel y analiza la deliberada ocultación de la historia de tan singular personaje:

"¿Cómo, por ejemplo, no asombrarse por la analogía entre Papá Noel y las 'kachinas' de los indios del suroeste de los Estados Unidos? Esos personajes disfrazados y enmascarados encarnan dioses y ancestros; regresan periódicamente para visitar su aldea y danzar, y para castigar o recompensar a los niños, porque todo se hace de modo que estos no reconozcan a sus padres o familiares bajo el disfraz tradicional. Papá Noel pertenece ciertamente a la misma familia, junto a otras comparsas actualmente relegadas a un segundo plano: el Coco, el Hombre del Saco, etc. Es extremadamente significativo que las mismas tendencias educativas que proscriben hoy la invocación de esas 'kachinas' punitivas hayan llegado a exaltar el personaje benévolo de Papá Noel, en lugar -como el desarrollo del espíritu positivo y racionalista habría permitido suponer- de englobarlo en la misma condena.
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Es indudable que los ritos y mitos de iniciación tienen, en las sociedades humanas, una función práctica: ayudan a que los mayores mantengan a los menores dentro del orden y la obediencia. A lo largo de todo el año invocamos la visita de Papá Noel para recordar a nuestros hijos que la generosidad del primero se medirá con el buen comportamiento de los segundos: y el carácter periódico de la distribución de regalos es útil para disciplinar las reivindicaciones infantiles, para reducir a un breve lapso el momento en que verdaderamente tendrán derecho a 'exigir' regalos.
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Está generalmente admitido por los historiadores de las religiones y los folkloristas que el origen remoto de Papá Noel se halla en el Abad de Liesse, Abbas Stultorum, Abad del Desgobierno, traducción exacta del inglés 'Lord of Misrule', todos ellos personajes que, por un lapso determinado, son los reyes de la Navidad y los que reconocemos a los herederos del rey de la Saturnales de la época romana. Ahora bien: las Saturnales eran la fiesta de las 'larvae', es decir de los muertos de muerte violenta o dejados sin sepultura, y detrás del anciano Saturno, devorador de niños, se perfilan, como tantas imágenes simétricas, el bonachón Papá Noel, bienhechor de niños; el Julebok escandinavo, demonio con cuernos del mundo subterráneo que trae regalos a los niños; San Nicolás que los resucita y los colma de regalos, y finalmente las 'kachinas', niños muertos precozmente que renuncian a su rol de asesinas de niños para volverse en cambio dispensadores de castigos y de regalos.
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El progresar del otoño, desde su comienzo hasta el solsticio que señala la salvación de la luz y de la vida, va acompañado, en lo ritual, de un trámite dialéctico cuyas principales fases son: el regreso de los muertos, su comportamiento amenazador y perseguidor, el establecimiento de un 'modus vivendi' con los vivos mediante un intercambio de servicios y regalos y finalmente en triunfo de la vida cuando, para Navidad, los muertos colmados de regalos, abandonan y dejan en paz a los vivos hasta el otoño siguiente. Es revelador que los países latinos y católicos, hasta el siglo pasado, hayan puesto el acento en la fiesta de San Nicolás, es decir en la forma más mesurada de la relación, mientras que los países anglosajones suelen desdoblarla en dos formas extremas y antitéticas: la de Halloween, cuando los niños se hacen los muertos para exigir cosas a los adultos, y la de Christmas, cuando los adultos colman a los niños para exaltar su vitalidad.
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Mucho media, sin duda, entre la plegaria a los muertos y esta plegaria mezclada de conjuraciones que, cada año y cada vez más, elevamos a nuestros pequeños -encarnación tradicional de los muertos- para que consientan, creyendo en Papá Noel, a ayudarnos a creer en la vida."


El libro completo en este enlace


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