Invocamos a través de este post satánico al espíritu de Aleister Crowley mediante sus propias palabras. El mítico brujo de principios del siglo XX, ocultista, referencia para unos (pregunten si no a músicos como Marilyn Manson, Eddie Vedder o Ozzy Osbourne), impostor para otros, misógino empedernido y apodado La Gran Bestia o Frater Perdurabo creó su propia filosofía llamada Thelema ("haz tu voluntad: será toda la ley", antesala del movimiento hippie) en el "Libro de la Ley". Adicto a la heroína y al sexo (que mezclaba en sus sesiones de magia sexual para conseguir estados alternativos de consciencia) vivió a orillas del Lago Ness, construyó templos en Sicilia hasta ser expulsado de Italia, viajo a México, Marruecos, La India, EEUU y desapareció en un acantilado de Portugal con la complicidad de Fernando Pessoa. También se dedicó a la poesía y a la pintura además de ser un alpinista de prestigio en el Himalaya cuando nadie se atrevía a subir el monte K2.
Una mañana de 1905 Crowley se levantó con el pie izquierdo y decidió escribir una carta al pintor Gerald Kelly, de la cual extraemos estas enérgicas líneas:
"Después de cinco años de insensatez y debilidad, impropiamente llamadas educación, tacto, discreción, consideración hacia los sentimientos de los demás, me he cansado de todo esto. Y hoy digo: al infierno el cristianismo, el racionalismo, el budismo y todo el peso de los siglos. Os ofrezco una realidad positiva y primera. Se llama MAGIA, y con ella construiré un nuevo cielo y una nueva tierra. No busco ni vuestra tímida aprobación ni vuestra tímida repulsa. Lo que busco es blasfemia, asesinato, rapto, revolución, cualquier cosa, buena o mala, con tal de que posea fuerza."
